Los médicos nos dicen que la prescibia
o vista cansada forma parte inevitablemente del envejecimiento. Sin
embargo, si hacemos caso al nombre, vista cansada, podemos pensar
también que más que una enfermedad inevitable podría ser un
desequilibrio causado por un exceso de trabajo. En este artículo
explicamos algunos ejercicios que nos ayudarán a relajar y tonificar la
musculatura ocular, y que si nos acostumbramos a realizar unos minutos
diariamente nos aportarán una gran mejoría o incluso desaparición de la prescibia.
Masaje y muecas
Antes
de empezar los ejercicios es importante que relajemos la musculatura
que rodea nuestros ojos. Empezando en la raíz interna de las cejas,
presionaremos haciendo pequeños círculos casi imperceptibles y
seguiremos el recorrido hacia la parte externa de la ceja, después
descenderemos y seguiremos todo el contorno hasta llegar de nuevo al
principio de la ceja. Si lo deseamos podemos usar un poco de aceite de
almendras o de onagra.
Además,
también ayudaremos a relajar toda la cara si dedicamos un minuto a
hacer todo tipo de muecas que se nos ocurran, intentando mover todas las
partes de la cara: los labios, la mandíbula, la lengua, las mejillas,
los ojos, las cejas, los párpados, la nariz, etc.
Después,
descansansamos unos instantes antes de seguir y respiraremos
profundamente. Éste es también un ejercicio para mantener joven nuestro
rostro.
El palmeo
El
palmeo es uno de los ejercicios más agradables que presentamos. Para
realizarlo frotaremos nuestras manos para que entren en calor,
especialmente si las tenemos frías, y apoyaremos los ojos cerrados en la
palma de las manos. Además, si tenemos los ojos secos, parpadearemos bastantes veces seguidas y finalmente, cerraremos fuerte los ojos para después relajarlos.
La tensión consciente
A menudo muchas personas sufren cansancio ocular
debido a que tensionan excesivamente los músculos de los ojos sin darse
cuenta. Por eso en este ejercicio enseñamos a tensionar conscientemente
para provocar una relajación a continuación. Cualquier momento es bueno
para hacerlo, sobre todo cuando pasamos horas seguidas frente al ordenador.
Consiste
sencillamente en cerrar los ojos y tomar conciencia de la presión de
los párpados e incluso del globo ocular. Al principio nos parecerá que
están relajados, pero si nos concentramos veremos que apretamos los
párpados, que el globo ocular no descansa en su espacio, que nuestros
pómulos están subidos, las cejas y la frente apretadas, etc.
Las
primeras veces también podemos aprovechar para alternar la relajación
con la tensión provocada que hemos comentado anteriormente (apretar
fuertemente los ojos un par de segundos y relajar, etc).
El bizqueo
Este
ejercicio es excelente para trabajar los músculos oblícuos del ojo, y
es muy eficaz para luchar contra la vista cansada: consiste
sencillamente en mirar la punta de la nariz. Si al principio cuesta, se
puede empezar situando un dedo enfrente, e ir acercándolo. Podemos
también ir resiguiendo el tabique nasal hasta el entrecejo. Es
sorprendente como podemos observar partes de nuestra cara sin la
necesidad de un espejo. No insistir más de 10-15 segundos sin descansar la vista, sobre todo las primeras veces.
Los círculos
Uno
de los ejercicios más básicos consiste en hacer círculos con la vista,
intentando hacer un círculo lo más redondo posible, primero hacia un
lado y después hacia el otro, y fijándonos en qué partes nuestros ojos
querían evitar la línea curva o se saltaban algún punto. De esta manera
hacemos que trabajen los diferentes músculos oculares.
Mirar cerca, mirar lejos
Lo mejor para trabajar la vista es
poder salir en busca de un entorno natural abierto (vistas de una
montaña, de un prado, del mar, etc.) para poder mirar detalles cercanos
(una flor, una piedra, etc.) y alternarlos con panorámicas lejanas,
echando nuestra vista lo más lejos que podamos. Además, los colores de
la naturaleza, sobre todo el verde, tienen efectos terapéuticos
equilibrantes, relajantes y tonificantes que nos ayudarán a mejorar
nuestra vista y nuestro estado de ánimo.
El agua fresca
Otra manera de relajar y tonificar
nuestra musculatura ocular consiste en salpicar nuestros ojos cerrados
con agua fría. Lo podemos hacer cuando queramos a lo largo del día, y
será especialmente efectivo cuando sintamos que nuestros ojos están
enrojecidos o con demasiado calor.
fuente: http://mejorconsalud.com
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