En la edad madura, a partir de los 45 años en algunos casos, la próstata
aumenta de tamaño. Dado que la próstata rodea al conducto urinario en
el punto en que éste sale de la vejiga, su aumento de tamaño o su
tumefacción originan dificultades de micción. Al principio apenas se
nota, pero después el chorro de la orina se hace más débil y la vejiga
no llega a vaciarse del todo. Durante el aumento de tamaño de la próstata
sucede con frecuencia que el crecimiento se detiene en una fase en la
que los trastornos pueden corregirse con plantas medicinales suaves
hasta el punto de que apenas si se los percibe. Ahora bien, la próstata
hipertrofiada ya no se reduce de tamaño. Existen también hipertrofias de
la próstata de carácter maligno (cáncer), que en la actualidad pueden
tratarse con éxito siempre que se las detecte a tiempo.
Muy importante: Deben efectuarse periódicamente exploraciones preventivas del cáncer de próstata.
Cuanto antes se detecte el cáncer, tanto mayores son las posibilidades
de curarlo. Se impone la visita inmediata al médico cuando se observen
dificultades al orinar y cuando la vejiga no llega a vaciarse
totalmente. Será el médico quien adopte las medidas correspondientes.
Existe
la posibilidad de reforzar las medidas adoptadas por el médico con
infusiones de plantas medicinales. Se recomiendo la ortiga, el diente de león,
las yemas de álamo temblón y con reservas el laurel de San Antonio. Si
la ortiga se puede utilizar en infusión única (de hojas; la de raíces es
todavía más eficaz), el diente de león y las yemas de álamo temblón
aparecen sobre todo en infusiones mixtas.
Infusiones y remedios para la próstata
Infusión de hojas de ortiga para los trastornos de la próstata Verter
un cuarto de litro de agua fría sobre dos cucharitas de raíz de ortiga,
calentar lentamente hasta hervir, un minuto de cocción, diez minutos
más de reposo y colar. Tomar 3 a 4 (hasta 5) tazas al día.
Infusión mixta para la próstata #1: Mezclar 30 g de
raíz de ortiga, 10 g de yemas de álamo temblón y 10 g de raíz de diente
de león y extraer 2 cucharaditas de la mezcla. Verter en un cuarto de
litro de agua fría, calentar hasta hervir; sin más calentamiento, dejar
en reposo durante cinco minutos y finalmente colar. Tomar 2-3 tazas
diarias durante 2-3 semanas.
Infusión mixta para la próstata #2 Mezclar
20 g. de raíz diente de león, 20 g de hojas de ortiga, 20 g de
manzanilla, 20 g de hojas de melisa y 10 g de hojas de menta. Hervir
todos los ingredientes en medio litros de agua hirviente. Tapar, colar y
dejar refrescar. Beber 3 tazas de infusión al día. Tratándose de
afecciones de la próstata en su fase inicial, esta infusión se puede
tomar como infusión diaria.
Remedio para la próstata con pepitas de calabaza En
los casos de un aumento ligero del tamaño de la próstata es muy
recomendable la cura de pepitas de calabaza. Sus resultados son seguros,
aunque hasta la fecha no se haya podido determinar la causa de los
mismos.
Con las pepitas de calabaza se reducen los obstáculos que
impiden la micción, se refuerza el chorro de orina y la acción de
orinar no se interrumpe. Apenas si quedan en la vejiga restos de orina y
ya no resulta molesta la sensación de presión en la vejiga
Recomendaciones
Entre
los hábitos saludables, la práctica del ejercicio físico juega un papel
fundamental para mantener sana la próstata y el resto del cuerpo, ya
que si se permanece mucho tiempo sentado, se contribuye a la irritación,
a la inflamación y también al aumento de tamaño de la glándula.
Caminar es un ejercicio recomendable a cualquier edad porque no
representa demasiado esfuerzo para ningún grupo de músculos en
particular y, al mismo tiempo, todos ellos trabajan adecuadamente.
Es
también significativamente preventivo de problemas prostáticos, tanto
si se practica en forma de marcha en la ciudad como senderismo. El único
inconveniente que puede traer es que las personas que padecen
incontinencia puedan sentir súbitos deseos de orinar mientras estén
realizando sus paseos diarios.
Estudios recientes valoran que
andar es tan eficaz como correr para reducir peso, eliminar estrés y
proteger el sistema cardiovascular. Por supuesto, correr también es
beneficioso, sobre todo para mejorar la circulación sanguínea pero, con
el fin de evitar que las articulaciones resulten dañadas, debe elegirse
hacerlo sobre superficies blandas, hierba por ejemplo, en lugar de
hacerlo en zonas urbanas, corriendo en carreteras o calles pavimentadas.
La natación es un ejercicio muy completo porque moviliza todos los
músculos del cuerpo y, además, en un medio líquido que suaviza
armoniosamente los esfuerzos. Puede practicarse a diario durante treinta
minutos.
No obstante, si se padece una prostatitis crónica, debe
evitarse la natación en agua fría porque podría desencadenar un
episodio agudo. Asimismo, si se ha pasado por una operación de cirugía
prostática debe consultarse al médico en qué momento es conveniente
empezar a nadar, que será cuando ya se haya producido la recuperación
completa.
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